El Fitoplancton: un moderador del cambio climático
El fitoplancton es un conjunto de organismos microscópicos similares a las plantas, formado por Cianobacterias y Algas Marinas Unicelulares. Flota en la parte superior del océano, donde la luz penetra en el agua.
Los
investigadores han estudiado el intercambio de carbono entre el océano y la
atmósfera, con modelos que representaron diversos entornos en condiciones
similares a las del Pacífico, el Atlántico Norte y el Océano Austral.
De
las exploraciones realizadas, se observó que, a distintas velocidades de
circulación del agua, ciertos actores del ecosistema interactuaban en un ciclo
que se perpetuaba a sí mismo.
Los
investigadores aislaron el impacto de una retroalimentación en la que, la
diferencia de las concentraciones de dióxido de carbono de la superficie
oceánica y la correspondiente a la de la atmósfera, determinaban la velocidad
de crecimiento del Fitoplancton, en los distintos ecosistemas.
El comportamiento del
Fitoplancton
Estos
organismos son mayormente Autótrofos ya que fabrican sus propios alimentos; y específicamente,
pertenecen al tipo de los Foto autótrofos porque
utilizan la energía solar, y la fuente de Carbono la
obtienen del CO2 atmosférico.
Los
factores que actúan en el fenómeno de la realimentación son:
A-
La concentración del dióxido de Carbono
(CO2), en la superficie oceánica.
El océano es el mayor sumidero de Carbono (C);
contiene 150 veces más CO2 que la atmósfera, tal que la
captura directa del océano es la más eficaz y barata que una captura directa de
este gas contenido en el aire.
Las
fuentes naturales de CO2 son la
respiración aeróbica animal y vegetal.
Los incendios
forestales anulan la capacidad de absorción del gas, por la ausencia de la
vegetación y los microorganismos que conviven con ella. Esto conlleva a un aumento del CO2 en el aire,
y dificulta una pronta recuperación de la fertilidad del suelo.
También,
las emisiones de las erupciones volcánicas como las provenientes de las
fumarolas, aportan este gas.
El
fitoplancton puede mitigar el fenómeno que se produce por las diferencias entre
las concentraciones del gas en la atmósfera y las del interior de la superficie
oceánica, pudiendo llegar al equilibrio.
Siempre que exista una
adecuada concentración oceánica de CO2, mayor será el crecimiento del
fitoplancton y el producto de su fotosíntesis: el Oxígeno (O2).
El fitoplancton presente
en los océanos libera a la Atmósfera entre el 50
% y el
85 % del
Oxígeno (O2) cada año; en cambio, el Amazona
produce el 20 %, potencial que puede ser afectado en gran medida por la deforestación.
B- La circulación del agua oceánica.
El
viento modela las olas y produce turbulencias; a mayor
circulación del océano, mayor es la actividad del mar para capturar dióxido de
carbono.
Luego
de hundirse, el flujo de agua es impulsado de regreso a la superficie
escurriéndose sobre el suelo con más capacidad para absorber tanto CO2 del aire como el de las profundidades del mar.
Esto
es debido a que, en el fondo de los océanos, también, existen moléculas de CO2, en virtud a la existencia de organismos heterotróficos (aeróbicos).
Este
es el último recurso para la subsistencia del fitoplancton, en condiciones anaeróbicas de
un ecosistema.
C- La temperatura del
mar.
En las zonas frías el mar
puede retener más moléculas de CO2.
Si
esquematizamos la molécula de agua de la siguiente manera:
Cada par de electrones compartidos **, conserva una ubicación equidistante entre los átomos.
Se
dibujan los electrones (*) de cada átomo de Hidrógeno, pertenecientes al nivel
energético “1”.
En verde
se indican los seis electrones (*) del átomo de Oxígeno ubicados en su último nivel energético: el “2”.
Realmente
las moléculas, en cada uno de los estados del agua, adquieren una fuerza de
atracción muy fuerte, por efecto de las respectivas polaridades.
Cada
uno de los electrones (*) se ubican, con más frecuencia en el Nivel Energético “2” del Oxígeno, cargándolo negativamente (-2).
Las moléculas polarizadas se atraen entre ellas, mediante fuerzas de cohesión, generando enlaces llamados “puentes de hidrógeno”.
Para
desestabilizarlas, a partir del estado sólido del agua se necesita cada vez más
energía para vencer las fuerzas de cohesión.
En
estado sólido las moléculas mantienen una posición fija; no se trasladan ni rotan;
solo vibran manteniendo una estructura cristalina, debido a que, a bajas
temperaturas el agua se contrae.
Ya a
4º C, deja de contraerse y comienza a dilatarse.
A mayor temperatura, la energía calórica absorbida por las moléculas de agua, en la
superficie oceánica, rompe los puentes de hidrógeno generándose la energía
cinética que provoca fuerzas de choque
entre las ellas.
Debido
al movimiento, cada molécula ocupa más espacio.
De
esta forma, para un mismo volumen, la cantidad de moléculas de agua contenidas
es cada vez menor, no existiendo lugar disponible para las moléculas del gas.
Así es que el aumento
de la temperatura del mar impide el ingreso de CO2 a la superficie oceánica, aumentando
su presencia en la atmósfera.
Finalmente,
debido a su capacidad de absorción de gran parte de la
radiación solar, su mayor presencia en la atmósfera contribuye al calentamiento
de la tierra, provocando el cambio climático del planeta.
D-La concentración de oxígeno (O2) en la superficie oceánica.
La
situación se agrava cuando el oxígeno disuelto pierde su solubilidad ante una
mayor temperatura, provocando su escape hacia la atmósfera.
Se
sabe que las Cianobacterias son productoras de sus
propios alimentos; hidratos de carbono, proteínas, grasas y ácidos nucleicos.
Las
primeras proteínas fabricadas son las Enzimas.
Sin ellas no se podrían realizar las reacciones químicas en cada etapa del
ciclo vital, como por ejemplo la alimentación. El ADN direccionará al ARN y
los Ribosomas fabricarán las Enzimas.
La RUBISCO controlará
y catalizará la reacción química para la conversión de la energía
solar, en la primera etapa de la fotosíntesis; la
energía química de los ATP, se
utilizará para la producción de O2.
Las CARBOXISOMAS intervendrán en la fijación de moléculas de Dióxido de Carbono (CO2), para comenzar con la síntesis de las moléculas orgánicas, en
la segunda etapa de la fotosíntesis.
Frente a un exceso de CO2 el
metabolismo de las cianobacterias lo aprovecharán en forma de moléculas de almidón, dentro del
citoplasma, para ser utilizado como reserva de carbono.
En
la figura, en el nivel superior del océano, se muestran los microorganismos del
fitoplancton conviviendo con diversas especies marinas aeróbicas.
La ausencia de oxígeno
(O2) en la superficie oceánica,
debido a un aumento de temperatura, impedirá la alimentación del fitoplancton y su crecimiento; además, los
organismos acuáticos del ecosistema no subsistirán ante una insuficiente
oxigenación.
E-La presencia de LIGANDOS.
Las
bacterias aeróbicas, presentes en suelos porosos, adecuadamente húmedos, por ejemplo,
se alimentan de células muertas, de seres unicelulares como las propias
bacterias.
También,
las células muertas de las Cianobacterias aportan
la materia contenida en sus núcleos y citoplasmas: moléculas de Hidratos de
Carbono (almidón, glucosa), Proteínas (Enzimas, etc.), Grasas, Ácidos Nucleicos
(ADN y ARN) y Minerales.
Estas
sustancias, orgánicas e inorgánicas, pueden ser metabolizadas por algunas cianobacterias
consumidoras, como las Heterótrofas o MIXÓTROFAS.
Además,
estas moléculas, junto a otros nutrientes provenientes de las profundidades del mar, serán las dietas de especies
marinas presentes en la superficie oceánica, conformando una biomasa, en donde queda capturado el Carbono.
Se cree que estas sustancias
son el subproducto del fitoplancton
y conforman los denominados LIGANDOS. Estos existirán en el ecosistema siempre que
el plancton se alimente y crezca.
F-Los Oligoelementos en los LIGANDOS.
Todos
los seres vivos necesitan elementos químicos (bioelementos) para el funcionamiento de las células.
Oligoelementos y el Hombre
Entre
los bioelementos, los oligoelementos
ocupan menos del 0.1% de la composición química del cuerpo humano,
siendo el Hierro (Fe) el más abundante.
Son
esenciales en los metabolismos, formando parte de los sitios activos de al
menos 160 Enzimas
(proteínas) y Hormonas (proteínas). Un ejemplo es el hierro en
la Hemoglobina (proteína de trasporte).
Los
seres vivos no pueden sintetizar estos elementos tan imprescindibles, y deben
obtenerlos de la dieta. Entre ellos están: Cobre (Cu), Cobalto (Co), Hierro (Fe), Flúor (F), Manganeso (Mn), Yodo (I) y Zinc (Zn).
Las
fuentes nutricionales con oligoelementos, para el hombre son: hígado, vísceras, carnes procesadas, cereales integrales, nueces,
mariscos, legumbres secas, frutas secas, guisantes, champiñones, etc.
Oligoelementos en las Cianobacterias y Algas Marinas Unicelulares
Estos
microorganismos, además de descomponer el Agua
(H2O) para producir moléculas de O2, también se alimentan de otras moléculas inorgánicas, provistas por el
habitad.
Estas
se encuentran disueltas en la superficie oceánica y se caracterizan por
contener poco o ningún átomo de Carbono.
El Azufre (S),
por ejemplo, puede estar disuelto como molécula de Dióxido de Azufre (SO2).
El Carbono (C),
presente en la molécula de Dióxido de Carbono (CO2), puede, además, estar formando moléculas de Ácido Carbónico (C
O3 H2).
Como
este ácido es capaz de disolver las rocas, el átomo de Carbono (C) puede estar
formando parte de moléculas de sales, denominadas Carbonatos.
El Hierro (Fe)
Para
estos microorganismos, el hierro es, también, uno de los micronutrientes de más
alto requerimiento.
Este
oligoelemento proviene del manto terrestre, a través de movimientos tectónicos y
erupciones volcánicas.
El
Núcleo de la Tierra es sólido en su interior y líquido por fuera. Este se
compone de metales altamente radiactivos productores de calor.
El
material derretido, provocado por la fusión de las rocas que componen el Manto,
forma el Magma.
Las
rocas que contienen átomos de hierro, por ejemplo, se
calientan y se movilizan; luego, se enfrían y endurecen.
A la
vez, siendo el oxígeno un elemento muy reactivo,
las moléculas de H2O en contacto con el hierro producen
moléculas inorgánicas denominadas Óxidos.
Los
elementos que componen dichas moléculas se ordenan, hasta cristalizarse dentro
de la roca ígnea, en forma de Minerales.
Los
cristales de HEMATITA contienen moléculas de Óxido de Hierro (Fe2O3), y en la WUSTITA moléculas de Monóxido de Hierro (Fe O).
Esta
figura es un ejemplo para mostrar la distribución de los átomos en un cristal.
El Hierro (Fe) y
el Plancton
Las moléculas
de los óxidos en solución también se mantienen unidas debido a la polarización de
sus átomos.
El
hierro está disponible para el fitoplancton
cuando se une a los LIGANDOS; de esta forma, el átomo
con su carga puede trasportarse a través de la membrana celular del microorganismo,
para ser consumido.
El
Monóxido de Hierro (Fe O)
Podríamos imaginar el fenómeno de la
solubilidad del Fe, con el óxido más sencillo: el Monóxido de Hierro (Fe O).
La representación
de un elemento químico muestra al átomo con sus cargas en equilibrio; para el
elemento hierro (Fe):
La
figura indica dos (2) electrones en el nivel
energético “1”; ocho (8) en el nivel “2”; catorce (14) en el nivel “3” y dos (2) en el último nivel energético. Los veinte y seis (26)
electrones se neutralizan con los veinte
y seis (26) protones del núcleo.
El Monóxido
de Hierro neutro (Fe0
O0)
La
molécula de Monóxido de Hierro (Fe O) neutra tendría dos (2) pares de electrones compartidos, en los que
cada electrón es equidistante a su respectivo núcleo atómico.
Esto
se grafica imaginando una unión interatómica estable, entre los últimos niveles energéticos de cada átomo; representaría una
estructura elemental.
Este
modelo no existe, porque cada átomo de un elemento determinado está presente, en
la naturaleza, con típicas cargas eléctricas, vibrando en un estado
inestable.
El Monóxido de Hierro Polarizado (Fe++ O=)
Los dos (2) electrones del nivel energético “4” del
elemento Fe0 mayormente están atraídos por el nivel energético “2” del elemento O0.
Entonces,
el átomo de hierro, que cede
sus dos últimos electrones, se polariza por
el desequilibrio entre sus cargas: en el núcleo estarán sus veintiséis (+26)
protones y en sus orbitas veinticuatro (-24) electrones; la
carga
neta del hierro es (+2).
Como
el átomo de oxígeno capta dos electrones extras, en
el núcleo tendrá sus ocho (+8) protones y en
sus orbitas diez (-10) electrones, y su carga neta es (-2).
De
esta forma los átomos de hierro pueden unirse al LIGANDO para luego incorporarse al citoplasma de las Cianobacterias a través de
la membrana en forma de Fe (2+).
Cuanto mayor es la
disponibilidad de LIGANDOS en la superficie oceánica, más hierro sería
utilizable para la alimentación de las Cianobacterias y Algas Marinas
Unicelulares.
Entonces, aumentaría la
población del Fitoplancton disponible para absorber dióxido de carbono de la
atmósfera.
G -La Acidez del mar.
El dióxido
de carbono CO2 presente en la atmósfera es
un gas cuyas moléculas ocupan un cierto volumen.
Pero
en la superficie oceánica, para ese mismo volumen, la concentración de
moléculas es mayor.
Este
gas se va concentrando a mayor profundidad y menor
temperatura y, siempre que exista luminosidad, el
fitoplancton podrá realizar la fotosíntesis.
Para
describir la molécula, hay que analizar la estructura de sus átomos:
Átomo
de Carbono:
Átomo
de Oxígeno:
Una parte de las moléculas de CO2 pueden disolverse en el agua generando moléculas de ácido carbónico.
Molécula
de CO3 H2: neutra
Este
ácido es otro nutriente para las Cianobacterias y Algas
Marinas Unicelulares; es una fuente más de carbono, para producir
compuestos orgánicos como la glucosa.
Molécula de (CO3)-2 (H2)+2 polarizada:
El Hidrógeno (H)
Como
todo elemento, el átomo de hidrógeno existe en la naturaleza como IÓN. La polarización molecular de los ácidos
genera iones positivos.
Cuando aumenta
la concentración de CO2 en la atmósfera, mayor es la
presencia de este gas en la superficie oceánica.
En este ejemplo, un
aumento de iones positivos, producidos por la disolución de las
moléculas de CO3 H2, provoca una mayor acidificación
del mar.
Jonathan
Lauderdale
Los estudios
realizados, desde el 2020, por el Investigador Científico Jonathan Lauderdale, del Departamento de Ciencias de la Tierra, Atmosféricas y
Planetarias del MIT, señala:
“Mi trabajo demuestra
que debemos observar con más atención cómo la biología oceánica puede afectar
el clima”.
“Algunos modelos climáticos
predicen una desaceleración del 30 % en la circulación oceánica, debido al
derretimiento de las capas de hielo, particularmente alrededor de la
Antártida”.
“Esta enorme
desaceleración en la circulación oceánica podría ser en realidad un gran
problema: además de una serie de otros problemas climáticos, no solo el océano
absorbería menos CO2 ANTROPOGÉNICO de la atmósfera, sino que esto podría verse
amplificado por una desgasificación neta del océano profundo, lo que llevaría a
un aumento imprevisto del CO2 atmosférico y a un calentamiento climático aún
mayor”.
Lauderdale
concluye: “no podemos
contar con que el océano almacene carbono en las profundidades oceánicas en
respuesta a futuros cambios en la circulación”.
“Debemos ser proactivos
en la reducción de emisiones ahora, en lugar de depender de estos procesos
naturales para ganar tiempo para mitigar el cambio climático”.
PP. Guillermo Monachesi
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